Nuestro proyecto nació en el 2013, con la oportunidad de iniciar una siembra en alianza con uno de nuestros productores en Rancho Arriba. Durante el primer año, hicimos pruebas con diferentes variedades de vegetales a campo abierto. Se construyó un pequeño invernadero de madera, de poco más de una tarea, en el cual se inició la siembra controlada de tomates, pimientos y pepinos. Durante este periodo, iniciamos y completamos el proceso de certificación, bajo los estándares orgánicos de Estados Unidos y Europa. En esta finca, se produce actualmente una variedad de más de 15 hortalizas orgánicas para consumo básico.

Continuamos creciendo y estableciendo nuevas alianzas, tanto con otras fincas certificadas, como con pequeños productores en distintas zonas del país. Siempre manteniéndonos fiel a nuestra misión de promover la práctica de una agricultura consciente, cuyo principal foco es el cuidado y mejoramiento del suelo, la preservación del medio ambiente y recursos naturales, y de la biodiversidad como nuestro patrimonio. Una agricultura sostenible, que al mismo tiempo crea oportunidades de empleo digno para nuestros pequeños productores en el campo y fomenta el desarrollo de nuestra economía local. Después de todo, sin rentabilidad no hay sostenibilidad.

 

Pero nuestra labor va más allá de asegurar la compra de las cosechas y nuestra relación con estos productores trasciende lo comercial. Desde el inicio y en todo momento, trabajamos de la mano con ellos para brindarles asesoría y compartir recursos e informaciones que pueden ayudar a mejorar y optimizar sus siembras. A nivel personal, nos preocupamos por su bienestar y nos esmeramos en asegurar su calidad de vida.

Un ejemplo del fruto de estas alianzas, son Don Papo y Moreno, nuestros productores estrellas. Con varias parcelas en la zona de Arroyo Frío donde se producen más de 30 variedades de vegetales orgánicos, hoy en día son nuestros principales productores, y nos sentimos orgullosos de poder contar con ellos. Don Papo se inició en la agricultura orgánica hace más de 10 años, a través de un proyecto de capacitación a cargo de una ONG extranjera. Moreno le siguió los pasos, primero como su aprendiz y finalmente a cargo de su propia siembra. Ambos comparten nuestro compromiso de proteger los suelos y de ofrecer alimentos sanos para nuestro consumo.

Nuestros productores son un componente esencial de nuestro proyecto. Por eso, nos esforzamos en elegirlos cuidadosamente y establecer una relación de total confianza, logrando así asegurar buenas prácticas de agricultura orgánica, aun cuando el productor no cuenta con los recursos económicos para obtener una certificación. Lo más gratificante es tener la oportunidad de trabajar con personas con las que compartimos intereses y que hacen de nuestras visitas al campo aún más divertidas.